Nota publicada en el diario El Cordillerano el 09-06-18.
Truman, despuí©s de pensarlo un momento, dice su famosa frase: “Y por si no nos vemos, ¡buenos días, buenas tardes y buenas noches!†y haciendo una reverencia frente a la cámara atraviesa la puerta hacia el mundo real.
Truman, después de pensarlo un momento, dice su famosa frase: “Y por si no nos vemos, ¡buenos días, buenas tardes y buenas noches!” y haciendo una reverencia frente a la cámara atraviesa la puerta hacia el mundo real.
Muchas veces la ficción supera a la realidad y la película The Truman Show marcó un hito que poco tiempo después empezó a crear el programa Gran Hermano y luego las redes sociales.
Nadie duda de las buenas intenciones de todos los padres pero, son muchas las advertencias de exponer a los menores de edad en las redes sociales. Mirco Marley superó el millón de seguidores en Instagram y desde su nacimiento está expuesto en la televisión.
El fenómeno se llama shareting, término que combina las palabras share (compartir) y parenting (paternidad), y consiste en documentar las primeras sonrisas, palabras, pasos y cada detalle privado de los más pequeños en las redes sociales.
Los riesgos que genera esta práctica son varios. El principal es la exposición de la privacidad del bebé, y detrás la sobreexposición de la familia. Hemos visto las críticas que recibió Florencia Peña por haber publicado un video, donde le dio a su bebe leche caliente y lo quemó.
El otro gran peligro es la exposición no consentida del menor de edad que luego puede reprocharle eso a sus padres. El fenómeno de las redes sociales y la sobreexposición de nuestra privacidad es nuevo y las consecuencias aún no se pueden estimar. Los daños que generen en las personas pueden ser fuente de responsabilidad de los padres.
Se estima que el 81% de los niños al cumplir los 6 años ya tienen presencia en internet, y en sus cinco primeros años de vida habrá 1.000 fotografías publicadas de ellos. Un dato que empeora el panorama es que un 5% tendrán una cuenta en las redes sociales creadas por sus padres. Por supuesto que los padres no piden permiso para ello, y mucho menos para luego publicar fotos o videos de sus hijos.
Según estudios de la Universidad de Michigan, el 56% de los padres cuelga fotografías potencialmente vergonzosas de sus hijos, las cuales pueden afectarlos durante su adolescencia o incluso en su etapa adulta, interfiriendo en su vida social y laboral.
Estamos viendo en casos aislados que algunos hijos han demandado a sus padres por considerar que la información y fotos publicadas durante su infancia han arruinado su vida y reputación.
También están los riesgos de la seguridad. Según publicó la empresa Barclays, el "sharenting" es una puerta para los fraudes en internet. El banco afirma que el shareting compromete la seguridad futura de los hijos y calcula que en el año 2030 esa práctica podría costar más de 870 millones de dólares por fraudes y suplantación de identidad.
En conclusión, la exposición de los niños está mal, no importa que sean hijos de famosos, ni que los padres lo hagan con la mejor intención. Bajo ningún punto de vista recomendaría que los menores tengan perfiles en las redes sociales. Peor que el error de un padre, es el error de un millón de personas que lo siguen por Instagram.