Nota publicada en el diario Perfil el 30-09-21.
Cuando hablamos de recopilar datos no siempre estamos pensando en la información que el cliente ingresa a un sitio web. Las empresas usan cookies que obtienen información sin que el usuario se lo imagine, aunque las acepta.
Estos dos
últimos años se unieron dos elementos que comprueban que las leyes de
protección de datos personales está generando el efecto inverso del que se
propuso. Por un lado tenemos las nuevas leyes de Protección de Datos Personales
de la Comunidad europea (2018) y Brasil ahora (2021), y por el otro el
crecimiento del comercio electrónico, impulsado meteóricamente por la pandemia.
Desde la
entrada en vigencia de las leyes más modernas en materia de protección de
datos, es la limitación y controles en la cesión de los datos personales hacia
terceros lo que más preocupa a las empresas.
Este temor de
compartir datos o recibirlos de terceros mueve a las empresas a querer obtener
sus propios datos. Entonces, vemos un festival de aplicativos y páginas web que
te piden registrarte para comprar, pero también para leer, para usar, hasta
para ingresar. Ofrecen descuentos y precios diferenciados cuando comprás por
sus aplicativos, te quieren convencer que compartir tus datos es lo mejor para
vos, como ocurre con el sistema de open banking recientemente lanzado en
Brasil. Ten van a ofrecer all this and
heaven too para obtenerlos.
Aunque no nos
guste, todos estamos nuevamente inmersos en una puja codo a codo de las
empresas para obtener tu información y así armar sus propias bases de datos.
¿Qué es una cesión de datos a terceros?
El Reglamento
Europeo en protección de Datos Personales dice que habrá cesión de datos a
terceros si este último los aplica a sus propias finalidades, pudiendo decidir
el motivo y la finalidad del tratamiento de la información. Es decir, el
receptor de los datos tendría autonomía para tratarlos de acuerdo a sus propios
fines, que ya no serían los mismos que los de la empresa titular de la
información.
En sintonía
con la protección de los datos personales de los usuarios la normativa
estableció una serie de requisitos para que la cesión sea legal. Entre ellos
encontramos que la cesión solo podrá realizarse en la medida que la finalidad
en el tratamiento de los datos por el tercero o cesionario guarde relación con
la actividad legítima de la organización cedente, todo ello debidamente registrado
en contrato. Por otro lado, el cedente debe obtener el consentimiento expreso
de los titulares de los datos, requisito que también se exige para
recopilarlos.
Es importante
resaltar que este consentimiento debe ser expreso y claro, se les debe explicar
a los usuarios qué datos se van a recopilar, detalles del tratamiento y de la
cesión. Ello significa que no se deberían poder usar fórmulas del estilo casillas
pretildadas afirmativamente por defecto, frases engañosas y genéricas del
estilo “He leído y acepto la política de privacidad”, y mucho menos el silencio
o la inacción del usuario como presunción de aceptación.
El
incumplimiento de estas exigencias en la cesión de datos conlleva multas
grandes, correlativas a una infracción grave de las normas. En las penalidades
descansa la preocupación de las empresas.
¿Cuál es el interés de las empresas en recopilar datos de los usuarios?
Los datos
personales de los usuarios son una herramienta fundamental para maximizar las
capacidades lucrativas de las empresas. Los datos siempre fueron valiosos, pero
la revolución tecnológica y principalmente la inteligencia artificial los revalorizó
al punto de tornarlos la savia de las empresas.
Los datos que
se obtienen permiten a las empresas comprender el comportamiento del cliente y
como toma sus decisiones permitiendo un análisis completo que redunda en
mejores estrategias comerciales.
Los datos que
recopilan para una mejor comprensión del lector son:
·
Información personal: en esta
categoría entra toda la información que damos al registrarnos, como nombre
completo, sexo, domicilio, datos de tarjeta de crédito cuando hacemos compras,
y toda información que no entregamos pero ellos recopilan como dirección IP,
cookies de navegador o ID del dispositivo desde donde nos conectamos.
·
Datos de participación: las empresas recopilan
datos de como el usuario interactúa con el sitio web o aplicativo. Por ejemplo
guardan cuanto tiempo permaneces en una página, si clikeas para obtener
información extra o solo ves las fotografías, si ingresás en la publicidad o la
pasás rápidamente. Para no aburrirlos con ejemplos, observan y guardan todos
tus movimientos del mismo modo que cuando entrás a un local físico y una cámara
observara todos tus movimientos para luego analizarlos detalladamente.
·
Datos comportamentales: aquí se
obtienen datos de compra. Entonces se guarda tu historial de compras en la web,
tus visitas, tus preferencias de pago, financiación, época del año que consumís
más o menos, y otros datos.
·
Datos actitudinales: Este tipo de
datos abarca métricas sobre la satisfacción del consumidor, los criterios de
compra, la conveniencia del producto y más.
¿Cómo obtienen esos datos y para que los quieren?
Cuando
hablamos de recopilar datos no siempre estamos pensando en la información que
el cliente ingresa a un sitio web. Las empresas usan cookies que obtienen
información sin que el usuario se lo imagine, aunque las acepta.
Básicamente
la forma de recopilar información es a través de tres métodos, con el ingreso
de datos por parte del cliente, rastreando indirectamente a los clientes o
agregando otras fuentes de datos de clientes a las suyas. Esta última forma,
implica cesión de datos y está más restringido ahora.
Toda esa
información que obtienen las empresas es muy valiosa y permite mejorar la
experiencia del cliente. Tener buena información permite verificar estrategias
de ventas y cambiar raudamente cuando fuera necesario. La tecnología de la
inteligencia artificial está cambiando las reglas de juego, es una herramienta
invalorable para que las empresas tomen decisiones y hay que alimentarla con
datos. Este hecho, nada menor, nos hace suponer que todos quieren tu
información y que por más leyes que se sancionen, la fiesta nunca va a
terminar.